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Análisis del Año en curso con el Tarot (2016/Piscis - 16/Acuario)

Decir que estamos en el año 2016 sería una creación arbitraria, pues distintas culturas y civilizaciones utilizaron diferentes unidades de tiempo y situaciones mitológicas o históricas que fueron fundamentales para que cada una de ellas pueda establecer la propia.

Entonces, en este artículo, no discurriremos sobre los distintos calendarios sino sobre algunas particularidades que podrían acontecer en el transcurso de este año asociando los números resultantes de algunas sumatorias que expondré a continuación y la relación de estos números con los Arcanos Mayores del Tarot.

Desde finales del año pasado, estuve leyendo en la web que a este 2016 le correspondía el arcano del Ermitaño, numerado VIIII (no escribí mal el número romano, se numera de ese modo).



Veamos: 2016 = 2+1+0+6 = 9 = El Ermitaño, Arcano VIIII

No importa mucho el mazo de Tarot que utilicemos, en general, al ver al Ermitaño, podemos observar a un anciano que transita un camino en soledad, cubierto por su manto (de sabiduría).
Él nos enseña a andar solos, pero no es una soledad sin motivo. En general, es una soledad introspectiva y de autodescubrimiento, una soledad llena de sabiduría interior que aflora como parte del tránsito natural. 
Este año VIIII, nos lleva a andar el camino del espíritu y a vivir las experiencias que no podemos compartir con las demás personas. El crecimiento espiritual no puede hacerse en compañía, es decir, el aprendizaje es individual, empírico y experiencial.
El avance se da lentamente, a paso firme y con poca luz, pues aquí no importa lo que hay afuera, sino lo que podemos ver adentro de nosotros mismos.
El Ermitaño nos lleva a equilibrarnos en ideas y fuerzas que pueden coexistir en nuestro interior. También nos indica que a veces esta soledad nos resultará pesada, pero que, a pesar de ello, nos costará compartir (o mejor dicho, compartirnos).
Entonces, solos y aislados, sentiremos que no tenemos más posibilidad de guía que la tenue luz de la linterna que el Ermitaño porta en un encuentro interior para quienes estamos deseosos de ese camino. Quienes se resistan, sentirán la soledad como una agresión proveniente del "afuera", echando culpas a diestra y siniestra, sin asumir su propia necesidad de búsqueda.

Si vamos dejando atrás este análisis correspondiente a la ya pasada Era de Piscis, y entramos a Acuario, cabe destacar que los teóricos exponen diversas fechas para su origen. Incluso algunos afirman que aún no se ha iniciado.

La Tradición Nativista Correlliana, toma el inicio de esta Era en el año 2001, denominándolo Año I de la Era de Acuario. Siguiendo esta cuenta, estamos en el año XVI de Acuario. Más allá de que el acontecimiento celeste coincida o no con la fecha, las creaciones colectivas nos afectan y, es más, desde el mencionado 2001 (arriesgaría decir que desde la utilización de computadoras, época acerca de la que existe la afirmación de ser el inicio de Acuario), muchas personas colocan solamente la decena al citar una fecha. 

A partir de allí, podemos realizar otras dos cuentas más que nos llevarían a mayores datos para este año.



Veamos: 16 = La Torre, Arcano XVI

Ver el dibujo que nos presenta esta carta, evidencia derrumbes. Pero en general habla de que nuestros cimientos flojos harán que las estructuras que ya no pueden ser sostenidas ante los cambios evidentes que se nos presentan, caerán por su propio peso. Cada caída, implica un dolor. Resistirse al cambio inminente e inevitable sólo traerá más desgaste y dolor más profundo.
Entonces, esta carta nos lleva a asumir durante el año aquello que debemos soltar. Las situaciones existentes nos lo van demostrando permanentemente.
La Torre nos trae la inmensa posibilidad de discriminar entre lo "flojo" y lo "sólido". Reflexionar hondamente en ello y actuar en consecuencia nos ayudará a eliminar lo que no funciona para pasar a quedarnos en lo que sí perdura.
La destrucción se puede "ver y tocar" alrededor, pero como fruto de esa desestabilización, la fortaleza espiritual y mental, nos ayuda a superar lo que antes considerábamos límites.



Veamos: 16 = 1+6 = 7 = El Carro, Arcano VII

En esta carta, vemos a una persona guiando un carruaje tirado por dos caballos que no van exactamente alineados hacia el mismo sitio. 
Si bien el Carro augura triunfos, comúnmente llamada "El Carro del Triunfo", nos alerta de prestar atención para lograr aunar nuestro esfuerzo interno para que las energías contrapuestas existentes en nuestro interior apunten en la misma dirección. 
Este Arcano nos asegura llegar a destino si confiamos en nuestro proceso, en nuestras decisiones. Las actitudes dubitativas sólo nos alejarán de nuestros objetivos y nos traerán más obstáculos que sortear. Sólo el valor puede conducirnos a unificar nuestros criterios en el sendero de la vida que aquí y ahora nos toca transitar.



CONCLUSIÓN:

Si entendemos que estamos atravesando un año que nos llevará a sentir una soledad llena de derrumbes inevitables, en el cual aquello que dimos por hecho se tambaleará o caerá, mantener el rumbo de nuestras acciones centrándonos en lo que en verdad deseamos para nosotros mismos será nuestro mayor aliado.

La toma de decisiones será inevitable más veces de lo previsto y asumir las consecuencias de esas decisiones nos hará más fuertes ante decisiones acertadas o derrumbes no deseados.

Es un año en el cual las personas fuertes saldrán aún más fuertes y en el cual las personas débiles sentirán el peso con mucha mayor intensidad.


Consejo del Oráculo:


Céntrate en lo que en verdad deseas para ti. No te apartes de tu camino para poder llegar al éxito. Suelta lo que ya no ayuda a tu crecimiento y, por sobre todas las cosas, deja de padecer por tener que crecer!

Sé mucho más fuerte que antes, no flaquees, no des ni un instante de tus pensamientos a crear situaciones desfavorables para ti. Puedes superar esto con confianza en tus acciones.

Confía! Pero CONFÍA EN TI!

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