
El agua nos limpia de la dicotomía y nos ayuda a ver la dualidad necesaria en todas las cosas, en todos los actos y pensamientos, el complemento.
El agua nos lleva a la Unidad: Mente, Espíritu, Cuerpo, Esencia. SER....
La lluvia marca un tránsito y nos vuelve a la Tierra. Viene del Cielo, pero no es parte de él. Cae a la Tierra y no es parte de ella.
La lluvia es un conector sagrado que todo lo socava, todo lo mueve y todo lo limpia.
Cada gota es un instante y un recuerdo. Cada gota, una proyección y un deseo. Cada gota, una realidad y toda la magia.
(De mis escritos: Instantáneas de una Bruja)
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